"Esta es mi realidad”, dice Daniel Stingo (41, casado, dos hijos) mostrando las dependencias de su céntrica oficina en el Paseo Bulnes. Aunque en menos de un mes se ha convertido en la pesadilla de los espacios faranduleros, el carismático juez de “Tribunal oral” recibe con cautela los resultados de su programa donde se luce riendo a carcajadas, retando a alguna parte, haciendo callar a sus abogados y golpeando fuerte el martillo para dictaminar sentencia. . “Es parte del show televisivo”. A este jurista le gusta la tele, según explica, porque con ella logra conjugar su necesidad de “comunicación y servicio social”. Fue justamente en esta senda que tuvo un programa de radio que se escuchaba sólo en Santiago; llegó vía casting al consultorio jurídico del “Buenos días a todos” y, tras dos años, fue levantado para comandar la apuesta de Canal 13 en la oleada de juicios televisados. Admirador de Felipe Camiroaga- a quien considera “seco y extremadamente rápido”-, su sueño no es ser rostro de la pantalla chica, sino que convertirse en un gran escritor. “Espero publicar un libro y que tenga buena crítica”, cuenta sobre la faceta que lo tiene varios años en un taller literario y con un sinnúmero de cuentos inéditos.Ajeno a los eufemismos (como cuando en pantalla conminó a una mujer a asumirse “gordita” y a una pareja a reconocerse como “enanos”) es que en esta entrevista llama “revolcón” a un encuentro fogoso y que se denomina “sapo” a la hora de observar la belleza femenina. Confiesa que no podría vivir sin su familia, que su mayor logro es haberse casado con su mujer y que su mejor noche de pasión sería con ella en un motel con jacuzzi y chocolates rellenos para “jugar con las texturas, sabores y aromas sobre nuestros cuerpos”. Así son de claras las palabras de Daniel Stingo: “Ése soy yo”, finaliza. martes, 21 de agosto de 2007
Entrevista al Unico Cuarenton que me ENCANTA :: Daniel Stingo "Esta es mi realidad”
"Esta es mi realidad”, dice Daniel Stingo (41, casado, dos hijos) mostrando las dependencias de su céntrica oficina en el Paseo Bulnes. Aunque en menos de un mes se ha convertido en la pesadilla de los espacios faranduleros, el carismático juez de “Tribunal oral” recibe con cautela los resultados de su programa donde se luce riendo a carcajadas, retando a alguna parte, haciendo callar a sus abogados y golpeando fuerte el martillo para dictaminar sentencia. . “Es parte del show televisivo”. A este jurista le gusta la tele, según explica, porque con ella logra conjugar su necesidad de “comunicación y servicio social”. Fue justamente en esta senda que tuvo un programa de radio que se escuchaba sólo en Santiago; llegó vía casting al consultorio jurídico del “Buenos días a todos” y, tras dos años, fue levantado para comandar la apuesta de Canal 13 en la oleada de juicios televisados. Admirador de Felipe Camiroaga- a quien considera “seco y extremadamente rápido”-, su sueño no es ser rostro de la pantalla chica, sino que convertirse en un gran escritor. “Espero publicar un libro y que tenga buena crítica”, cuenta sobre la faceta que lo tiene varios años en un taller literario y con un sinnúmero de cuentos inéditos.Ajeno a los eufemismos (como cuando en pantalla conminó a una mujer a asumirse “gordita” y a una pareja a reconocerse como “enanos”) es que en esta entrevista llama “revolcón” a un encuentro fogoso y que se denomina “sapo” a la hora de observar la belleza femenina. Confiesa que no podría vivir sin su familia, que su mayor logro es haberse casado con su mujer y que su mejor noche de pasión sería con ella en un motel con jacuzzi y chocolates rellenos para “jugar con las texturas, sabores y aromas sobre nuestros cuerpos”. Así son de claras las palabras de Daniel Stingo: “Ése soy yo”, finaliza. Etiquetas: Daniel Stingo
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